miércoles, 2 de febrero de 2011

Amor en clima frío

Este post nada tiene que ver con la novela de Mitford a la que le he tomado prestado el título.
No. La verdad es otra. Esta mañana cuando cogía el autobus me he acordado de un libro: Maria Chapdelaine de Louis Hemon. Creo que el frío y el sueño han empujado a mi memoria a recuerdos más cálidos y allí estaba el libro de Louis Hemon.
Es una novela corta, sencilla, costumbrista y de amores juveniles. Con este pérfil muchos se desanimarán, pero si dejas a un lado los prejuicios de lector social posmoderno atormentado con alergía a las historias corrientes, descubrirás que es una novela exquisita. Exquisita por la profundidad psicológica con que describe el amor de dos jóvenes y exquisita también por su perfección formal -o por lo menos eso da a entender la traducción-.
El amor de los protagoistas de la novela es imposible pero duradero, es sincero, auténtico pero distante, y sobre todo es puro, muy puro y muy real. Por eso todos los personajes secundarios son transformados gracias a la fuerza de un amor tan poderoso. No hay personajes malvados, ni santos, son personajes muy simplones, corrientes. Pero que tienen el privilegio de ser testigos de una historia de amor.
Además la novela está escrita a modo de cuaderno de viajes de finales del siglo XIX. Hemon vivió parte de su vida en Canada, donde se ambienta Maria Chapdelaine, y no puede evitar que su pluma halague los paisajes y la vida heróica y rural de los pioneros franceses más allá del Atlántico.
Un libro para descansar un poco de tanta literatura sesuda y cabezona como es la actual. Una pequeña obra maestra al alcance de un par de horitas tranquilas para leer.

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